Agencia AJN.- El ministro de Comunicaciones de Israel, Shlomo Karhi, expresó que debería crearse un tribunal constitucional de revisión judicial, al publicar una propuesta de Ley Fundamental: Tribunal de Revisión Judicial en medio de un encarnizado debate sobre la capacidad del Tribunal Supremo de Justicia para anular las leyes básicas cuasi constitucionales.
El proyecto de Karhi separaría el Tribunal Superior de Justicia del Tribunal Supremo, y le otorgaría el poder de emprender la revisión judicial de las leyes ordinarias y básicas.
El tribunal podría rechazar la validez de una ley básica, pero la Knesset -el Parlamento israelí- podría anular la decisión por mayoría de votos.
Además, los jueces no serían nombrados a través del Comité de Selección Judicial, ni promovidos a partir de grupos de juristas preexistentes. Serían elegidos por la Knesset y seleccionados entre sus miembros.
Los miembros de la Knesset renunciarían como diputados para asumir el cargo de juez y cumplirían mandatos de diez años. Dependiendo de cuántos escaños tuvieran las facciones, más plazas judiciales tendrían.
El ministro de Comunicaciones reconoció en las redes sociales que la ley no abordaba cómo cambiarían los representantes judiciales en función de una nueva Knesset.
El proyecto de ley tampoco detalla cuántos jueces formarían parte del tribunal, sólo que no presidiría casos con menos de nueve jueces.
El diputado Shlomo Karhi habla en la reunión de emergencia del Parlamento israelí, el 6 de abril de 2022. (Crédito de la foto: Marc Israel Sellem/The Jerusalem Post)
Las solicitudes de revisión judicial provendrían de otros tribunales o litigantes que consideren que el caso toca cuestiones constitucionales, del Presidente de la Knesset a petición de al menos treinta miembros de la Knesset, o de partes directamente afectadas por una ley.
En las notas explicativas se argumenta que las cuestiones constitucionales están desgarrando el Estado, ya que la Knesset está poniendo en entredicho los fundamentos del antiguo sistema y los tribunales están llevando a cabo un activismo judicial de gran alcance e impidiendo cambios en las leyes básicas.
La revolución constitucional israelí de los años 90 otorgó mayores poderes al Tribunal Superior de Justicia en detrimento del poder legislativo, y las notas afirman que la opinión pública estuvo clamando por un reequilibrio de las autoridades.
El proyecto aboga por la creación de un tribunal constitucional similar al de muchos otros Estados, cuyos miembros procederían de los representantes elegidos para garantizar que la voluntad ciudadana esté debidamente representada en el órgano.
Esto fortalecería el poder legislativo, aumentaría la confianza pública en el proceso de revisión judicial y protegería los derechos de las minorías, aseguraban las notas.
«La propuesta está lista, podemos unirnos todos en torno a ella. La presenté en una versión diferente en Knesset anteriores, en esta Knesset no tuve tiempo de presentar las nuevas versiones. Los miembros trabajadores de la Knesset están invitados a tomarla y presentarla», concluyó Karhi.