Agencia AJN.- La policía israelí desplegó fuerzas reforzadas en Jerusalem y otras partes del país el miércoles, al tiempo que lanzó una persecución de una presunta célula terrorista que detonó artefactos explosivos en dos paradas de autobús en Jerusalem horas antes, matando a un adolescente e hiriendo a más de 20 personas.
El jefe de la policía de la capital israelí, Doron Turgeman, ordenó que se incrementara el número de agentes en toda la ciudad, especialmente en las zonas más concurridas, según informó la policía en un comunicado.
Las autoridades pretendían aumentar la presencia policial en Jerusalem para dar «una sensación de seguridad a todos los residentes y visitantes de la ciudad», según el comunicado.
Anteriormente, un alto funcionario expresó que la policía había aumentado su nivel de alerta tras los atentados.
El portavoz de la policía, Eli Levy, informó que se había elevado el nivel de alerta en todo el país, aunque la atención más intensa seguía estando en Jerusalem.
Un estudiante de la yeshiva (escuela religiosa) de 16 años, Aryeh Schupak, murió y 22 personas resultaron heridas en los dos atentados, una de ellas en estado crítico y otras tres en estado grave-moderado, según los responsables médicos.
La primera explosión se produjo cerca de la entrada principal de Jerusalem, en Givat Shaul, poco después de las 7 de la mañana, una hora punta de tránsito. La segunda explosión se produjo poco después de las 7:30, en el cruce de Ramot, donde confluyen rutas muy transitadas, en el noroeste de la capital.
Schupak, que murió en el primer atentado, tenía doble nacionalidad israelí y canadiense.
El jefe de la división de operaciones de la policía explicó que los «dos artefactos explosivos de gran calidad y potencia [capaces de] un alto nivel de daño» estaban escondidos detrás de la parada de colectivos y en un arbusto. Los artefactos, detonados a distancia, llevaban clavos para maximizar el número de víctimas, según la policía.
Ningún grupo reivindicó la autoría de los atentados, aunque fueron elogiados por la organización terrorista Hamás y otros grupos palestinos.

Aryeh Schupak, de 16 años, asesinado en un atentado a la entrada de Jerusalén, el 23 de noviembre de 2022. (Cortesía).
Los detalles de la investigación sobre el atentado fueron puestos bajo orden de silencio por un tribunal a petición de la policía, pero los funcionarios indicaron que se estaba buscando al terrorista o a los terroristas que estaban detrás del ataque.
Debido a la naturaleza de los atentados, con dos bombas casi idénticas que explotaron con media hora de diferencia, el subcomisario Sigal Bar Zvi mencionó que la policía sospechaba que había una célula organizada detrás, y no una sola persona.
El primer ministro Yair Lapid prometió que las fuerzas de seguridad capturarían a la célula terrorista.
«Llegaremos hasta ellos. Pueden escapar, pueden esconderse; no les servirá de nada. Las fuerzas de seguridad llegarán hasta ellos. Si se resisten, los matarán. Si no, nos ocuparemos de ellos con toda la severidad de la ley», advirtió Lapid en declaraciones facilitadas por su oficina, tras una reunión con funcionarios de seguridad.

La escena de una explosión en la entrada de Jerusalem, el 23 de noviembre de 2022. (Olivier Fitoussil/Flash90).
Por otro lado, el ministro de Defensa, Benny Gantz, aseguró que los autores del atentado, incluidos los planificadores y los financiadores, tienen un «tiempo limitado» antes de ser capturados, tras una reunión separada con funcionarios militares en el cuartel general del Mando Central del Ejército en Jerusalem.
Al visitar a las víctimas del atentado que estaban hospitalizadas en el Centro Médico Shaare Zedek de Jerusalem, el presunto primer ministro Benjamín Netanyahu expresó que haría «todo lo posible para devolver la seguridad» a los israelíes, mientras trabaja para formar el próximo gobierno del país.
«Seguimos luchando contra el cruel terror, que vuelve a levantar la cabeza. Haremos todo lo posible para devolver la seguridad a todos los ciudadanos israelíes, rápidamente», agregó Netanyahu.

La policía israelí inspecciona la escena de un atentado terrorista en una parada de autobús en Jerusalem, el 23 de noviembre de 2022. (AP Photo/ Mahmoud Illean).
Los atentados se produjeron en un momento de gran tensión, tras una serie de atentados palestinos que dejaron 30 muertos en Israel y Cisjordania desde principios de año, incluido el del miércoles.
Los atentados con bombas en colectivos y lugares públicos fueron una característica de la Segunda Intifada entre 2000 y 2005, pero en su mayoría disminuyeron en los últimos 17 años, lo que los funcionarios israelíes atribuyeron al aumento de las medidas de seguridad, incluida la barrera de seguridad de Cisjordania, y a una mejor inteligencia.
En 2016, el grupo terrorista Hamás fue acusado de atentar contra un autobús en Jerusalem, dejando 21 personas heridas. Y en 2011, una bomba escondida en una mochila explotó en una parada de colectivos frente al Centro Internacional de Convenciones de Jerusalem, matando a dos personas e hiriendo a decenas más.
Fuente: Times of Israel.