Agencia AJN.- La filántropa multimillonaria brasileña Lily Safra murió en Ginebra el sábado, luego de una batalla contra el cáncer de páncreas. Ella tenía 87 años.
Safra y su cuarto marido, el banquero brasileño de origen libanés Edmond Safra, contribuyeron con extraordinaria generosidad con numerosas causas e individuos en unos 40 países.
Juntos establecieron una fundación benéfica a través de la cual apoyaron la educación, la medicina, la investigación científica, la religión, las artes, la academia y muchos proyectos humanitarios.
Tras la trágica muerte de su marido en extrañas circunstancias en su casa de Mónaco en diciembre de 1999, Lily Safra se convirtió en presidenta de la fundación. En los años siguientes dedicó gran parte de su vida a mejorar la calidad de vida de otras personas y dar dignidad a aquellos cuyas circunstancias socioeconómicas se las habían robado en demasiados casos.
Con sus donaciones continuó vinculando el nombre de su esposo con el suyo propio, de modo que muchas de las donaciones a gran escala a instituciones y organizaciones están a nombre de Lily y Edmond Safra.
La plaza Safra, que alberga las oficinas de la Municipalidad de Jerusalem, lleva el nombre de los padres de su esposo, Jacob y Ester, quienes inculcaron valores caritativos en sus hijos.
Entre las muchas causas apoyadas y, a veces, fundadas en Israel por la Fundación Safra se encuentran la Fundación de Educación de Becas de Israel, que fomenta y promueve la educación superior y ofrece becas para niños israelíes dotados, principalmente aquellos que viven en comunidades periféricas; Keren Shemesh, que ofrece préstamos y asesoramiento experto a jóvenes que desean iniciar pequeñas empresas; y Ventana al Mañana, un programa para la distribución de computadoras y capacitación en tecnología a más de 12.000 familias en comunidades árabe-israelíes.
Otras causas e instituciones incluyen al Museo de Israel, el Hospital Infantil Safra en el Centro Médico Sheba de Tel Hashomer, el Centro Médico de la Universidad Hadassah en Jerusalem, el tratamiento residencial para niños con discapacidades graves, el Campus de Ciencias y el Centro de Investigación del Cerebro de la Universidad Hebrea de Jerusalem, la Universidad de Haifa, Yad Vashem, la Orquesta Filarmónica de Israel, proyectos de renovación en el Muro Occidental, sinagogas, la impresión conjunta de la Biblia y el Talmud de Babilonia, y mucho más.
En su apoyo global, la fundación ayudó a los niños de Chernobyl, construyó una aldea juvenil para huérfanos en Ruanda e incluso logró suministrar alimentos, medicinas, ropa y otras necesidades para ancianos en Odessa y Dniepropetrovsk, Ucrania.
A Lily Safra la sobreviven hijos, nietos y bisnietos.
Asimismo, Joseph Safra, uno de los fundadores del Banco Safra y considerado como el hombre más rico de Brasil, murió en diciembre de 2020, a los 82 años, por causas naturales.
El banquero era el hombre más rico de Brasil, según el último ránking de la revista Forbes, con una fortuna calculada en 119.080 millones de reales (unos 22.900 millones de dólares).
Joseph Safra nació en 1938 en el Líbano, en el seno de una familia judía sefardí, y se estableció en Brasil en la década de 1950 para dar continuidad a los negocios que ya había iniciado su padre y construir las bases de lo que después sería el Grupo Safra.
El banco Safra es hoy uno de los diez mayores de Brasil y forma parte de un conglomerado con empresas en América, Europa y Asia que incluye el banco suizo Sarasin.
Por fuera del mundo de los negocios, Joseph Safra estuvo profundamente involucrado en causas judías, construyendo sinagogas y centros comunitarios en todo el mundo.
El banquero, que se había casado en 1969 con Vicky Sarfaty, dejó 4 hijos y 14 nietos.