Agencia AJN.- El Ministro de Relaciones Exteriores israelí, Yair Lapid, visitó ayer domingo el cruce fronterizo de Siret entre Ucrania y Rumania.
“No cerraremos nuestras puertas y nuestros corazones a las personas que lo han perdido todo. Tenemos la obligación moral de ser parte del esfuerzo internacional para ayudar a los refugiados de Ucrania a encontrar un hogar cálido y una cama donde dormir. Es nuestro deber no solo ser buenos judíos, sino también buenas personas”, expresó el canciller.
“Israel tiene nueve millones de habitantes y nuestra identidad judía no se verá perjudicada por varios miles de refugiados adicionales. Por el contrario, nuestros hijos aprenderán una importante lección de moralidad y responsabilidad”, agregó.
“Por otro lado, claramente somos incapaces de absorber a decenas de miles de refugiados no judíos. Es posible traer más refugiados, deberíamos ser mucho más generosos. Sin embargo, es imposible traer refugiados sin restricciones. El gobierno encontrará este equilibrio. Ese es nuestro trabajo”, destacó Lapid.
“Lo que es a la vez imperdonable e insoportable son los errores cometidos al tratar con los refugiados que ya llegaron a Israel. Las imágenes de una anciana y su nieta durmiendo en el suelo en el aeropuerto Ben Gurión no se pueden repetir. Trataremos a estos refugiados de la misma manera que esperaríamos que trataran a nuestra propia abuela e hijos. Nos han puesto a prueba y no lo hemos logrado muy bien. Esto se ha corregido en los últimos dos días y nos aseguraremos de que a partir de ahora se maneje con un enfoque completamente diferente”, concluyó el canciller.